27 feb. 2008

Crónicas en el Metro de Caracas (I)

Por razones que luego explicaré estoy transportándome a diario en el Metro de Caracas. Ese otrora espacio en el que las personas se convertía en gente luego de pasar por el torniquete... ese mismo en el que ahora es común los empujones sin disculpas y que hayan víctimas del hampa o de la ceguera que provoca que niñitos como el que salió en la prensa de hoy (El Universal, cuerpo 3, página 4) tenga un brazo con fracturas múltiples luego de que lo empujaran en la estación de Plaza Venezuela los que entraban y salían del vagón...

En fin, estos días he reconfirmado que en un vagón del Metro -sin importar la hora- podrás conseguirte de frente con muchas realidades, muchos personajes que parecen de ficción pero que sí existen y si te pones imaginativa crearás un sin fin de historias bastantes creíbles...

La que sigue es una real, una arrancada de la vida misma:

Estaba yo anoche muy tranquila, sentadita, escuchando a No Doubt en dirección a mi casa. Al acercarme a mi estación destino, me quito los audífonos y apago el iPod. Al lado estaba una familia joven conformada por una chica linda como de mi edad (o un poco menor), su simpático esposo o pareja (de edad similar) y una niña como de 6 añitos.

La muchacha empezó a hablar con su pareja sobre un "odontológico" que consiguió en una revista para arreglarse el diente roto (su incisivo central derecho lo tenía por la mitad y en diagonal), que si lo llamaría hoy, que si esperaba que fuese económico, que reuniría el dinero para sentirse mejor al sonreír, etc...

El esposo la interrumpe para recordarle "que debe poner prioridades", yo quedé sorprendida, pensé que haría referencia a algo que tenía que ver la hija de ambos, que le diría algo de la escuela de la pequeña y que luego la ayudaría a arreglarse el diente. Me dije "oye, que chico tan maduro, así es que se sale pa' lante"...

¿La prioridad a la que hizo referencia? ¿Esa que su esposa debía tomar en cuenta por sobre completarse la mitad de un diente? un iPod...

Así estamos y así seguimos...

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8 feb. 2008

Lo que pasó en CI (El cierre del panal, II parte)

En el capitulo anterior quedamos en que la abejita iría con otras obreras al Ministerio luego de citar a la Razón Social del panal, que casualmente tiene la misma dirección de la abeja reina Sisine.

En este Ministerio no podía citarse a ambas reinas de manera separadas, sólo a la Razón Social. Era de suponer que sí Sisine estaba tan convencida de que no tiene que ver en los pagos de las obreras, ella o sus abejorros abogados se comunicarían con Melani para que se hiciera responsable... pues eso no sucedió, el orgullo de Sisine fue tal, que ni siquiera eso pudo hacer.

En la reunión con la gente del Ministerio lo que más le sorprendió a las abejitas obreras fue la violencia del abogado abejorro de Sisine. Ambos estaban cerrados en su posición “sólo fueron a aclarar que ella no tiene nada que ver en ese asunto y que no debe pagar nada”.

Estás son las razones de Sisine:
* Ella renunció al cargo de presidente que tenía (Melani no aceptó tal renuncia), leíste bien: renunció a la presidencia no a la sociedad.
* El abogado abejorro gruñón también indica que hubo un traspaso de acciones de parte Sisine… un moviendo jurídico que Melani desconoce. Sí, aún desconoce porque no quieren mostrarle los documentos que apoyan tal cosa. Debido a algunas pruebas, se sabe que la persona a quien se le hizo el traspaso es el hijo de la señora hormiga que limpia en la casa de los padres de Sisine.

Sisine se comprometió frente al representante del Ministerio a hacer todo lo posible para ayudar a sus ex empleados a consiguir la nueva dirección de la abeja reina Melani y así el Ministerio podría hacerle llegar la citación directamente.

Al salir de la reunión las abejitas obreras se comunican con Melani, le cuentan lo ocurrido y le piden su dirección. Ella les dice (además del regaño inexplicable) que primero debe hablar con el abogado abejorro de Sisine para que le explique eso de que tiene nuevo socio. Las abejitas ahora se comunican con Sisine y ella les dice “lo siento, pero no tengo nada que ver en ese asunto y no tengo por qué dar el número telefónico” (DOBLE POFFFFFF!!!).

Luego de algunos días las abejitas obreras reciben una llamada de Melani diciendo que se está asesorando y que no podrá seguir con “el sistema de pago privado a 7 meses” que habían acordado al momento del cierre del panal hasta que la situación del Ministerio se resuelva… (Les recuerdo que en octubre 2006 Melani había acordado con las obreras a pagar su 50% de la liquidación en un periodo de 7 meses, es decir, hasta mayo 2007. En marzo 2007 había pagado 20% del monto a sólo una de las obreras... y no pagó más)

Las abejitas no entienden nada… se sienten engañadas, se sienten pendejas, sienten que fueron las únicas que pusieron la amistad sobre todo lo demás y las están embaucando por eso… ¿alguien podría explicarles lo siguiente?:

1.- Si Sisine renunció a la presidencia, más no a la sociedad, por ende tiene el mismo deber de pagar que Melani. ¿Cierto?
2.- El hecho de que Sisine haya hecho un traspaso de sus acciones indica que si eso fue legal (cosa que dudo, pues Melani no sabía nada de ese movimiento) el nuevo Socio es el que debe responsabilizarse por parte del pago. Y mínimo las obreras deberían conocer su nombre. ¿Cierto?
3.- Melani, la única que acepta que debe pagar parte de las liquidaciones, debe dar su dirección para reunirse en el Ministerio y contar su versión. Sobre todo sí considera que Sisine está actuando de mala fe. ¿Cierto?

Luego de algunos meses las abejitas obreras nuevamente se comunicaron con Melani para preguntarle sobre la asesoría que usó como excusa para paralizar el pago de su 50% de las liquidaciones...

Ella sólo respondió que sus abejorros abogados le habían recomendado no pagar absolutamente más nada a título personal sino sólo como la empresa, es decir, los pagos debía hacerlo El panal de miel CI... y que por favor dejaran de presionarla porque así no conseguirían nada…

La abejita protagonista de esta historia le preguntó que cómo carrizo una empresa que no está facturando podría pagarle algo, cuando ni siquiera tiene más flores para dar porque se las repartieron las otras amigas abejas???

La respuesta fue sencilla: no tengo porque acceder a responder tus preguntas, simplemente no puedo pagar nada a título personal y punto. Reconozco que debo cancelar la deuda pues tu te entregaste al trabajo y lo hiciste bien… quizás cuando despegue bien en mi nuevo negocio podré darte algo como recompensa… (POFF, POFFFF Y REQUETEPOFFFFFFF)

La abejita no dijo más nada, no quiso responder bajo los mismos términos inmaduros, no quiso ni siquiera aclarar eso de “acceder” a responder…

Mientras, la otra abejita reina Sisine, vive feliz trabajando a destajo para otras grandes empresas... y sigue diciendo que fue burlada y una pobre víctima de las locuras de Melani. Incluso anda por allí hablando de que gracias a ella las abejitas obreras consiguieron nuevos empleos... no dudo que le crean... total las abejitas obreras lo hicieron en su momento... sólo esperan que sus amigos (los de las otras empresas) no se den contra la pared...

Lo más reciente que se sabe de esas abejas reinas, es que una se fue a un país al otro lado del charco, asesora a grandes empresas en el mismo panal, sigue regando la terrible experiencia que tuvo, incluso hay quienes la buscan para que dicete cursos pagándole muy bien... y la otra anda con su empresa personal, quien sabe cómo le irá, pero envió una tarjetica navideña a sus obreras deseándole un excelente nuevo año.

Ambas se salieron con la suya... pero de algo las abejitas obreras están claras... las cosas malas se pagan, sino en ese panal, en cualquier otro...

Colorín colorado, este cuento nada dulce ha terminado...

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...

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5 feb. 2008

Lo que pasó en el panal. Un cuento nada dulce...

Luego de haber pasado "el temblor" y ya casi dos años de la estafa... y debido a las tantas preguntas que muchos me han hecho al respecto les relato un cuento infantil no muy dulce... por cierto, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia...

Había una vez una abejita tranquila que dejó a un lado buenas oportunidades laborales en grandes compañías para acompañar en una aventura, muy prometedora, a un par de abejas reinas emprendedoras que habían decidido unirse para romper paradigmas y crear la primera colmena en su estilo: "Candy Industry". Ya este panal llevaba varios años y tenía clientes importantes como reyes y artistas de cine.

Así que la abejita no se detuvo a pensar en números sino en un futuro meloso y seguro. Luego de dos años notó que con ellas nada era tan dulce como parecía, no veía cuándo se le entregarían los beneficios de la Ley para la abeja obrera que rige a todas las colmenas del sector y de la fábrica de miel. Pero seguía esforzándose en su trabajo aunque no hubiese ningún documento que la obligara.

Si necesitaban que ella se quedara hasta tarde ella lo hacia, lo que necesitaran de ella lo tenían sin quejas y sin pataletas (o en este caso sin movimientos drásticos de alas). Efectivamente el no haber firmado un papel le daba oportunidad a que saliera de vez en cuando más temprano para sus clases de idiomas, tecnología y/o diseño o llegar un poco después de la hora en la mañana ya que cerraba y apagaba las luces después de la que debía ser la hora de salida (en pocas palabras, pagaba las horas pues. Total, además de que no tenía ni un papel firmado, tampoco recibía los beneficios legales...)

Finalmente la colmena se beneficiaría con sus nuevos conocimientos, los cuales por cierto eran pagados por ella misma y no por la miel que ayudaba a producir.

Un buen día las reinas decidieron conseguir nuevos socios para crecer, al tratar de buscarlos se dieron cuenta de que las estrategias que habían estado utilizado no eran completamente legales. Así que esta fructífera colmena le debía mucho dinero al gerente de la fábrica. Los problemas entre ellas empezaron a surgir, pues una consideró que ese no era su rollo, pues por su desconocimiento no debían obligarla a cumplir ni a hacerse responsable de esas fallas. Se trataba de la abeja reina Sisine. La otra, Melani, no dejaba de insistirle que ambas debían ocuparse de este problema.

Llegaron los abejorros abogados y la colmena empezó a cambiar de color. Gritos y reproches eran el día a día, ellas se retiraban a otro orificio pero la cera de las paredes era insuficiente para que las abejas obreras (y cualquiera que pasara por allí) no escucharan lo que pasaba. Sisine un buen día salió sin mediar palabras. Se comunicó un par de veces con una de las obreras para saber cuando no estaba Melani en el panal y así ir a borrar archivos en la computadora, llevarse otros y salir con todas sus pertenencias y algunas que supuestamente no eran de ella. Ella está molesta porque no se le pagó su liquidación (no olvides que ella es dueña del panal).

Melani decidió quedarse, no se sabe si por temor a las represalias de sus empleados o de los deudores, enfrentándose sola al desbarajuste del panal. Se le escuchaba decir con tono de esperanza que juntos podrían pagar la novatada y que luego regresaría a ser todo tan dulce como antes. Luego indicó que debían cerrar la colmena porque era una enferma terminal, pero que no se preocuparan porque luego vendría una más grande y sana. El plan final fue cerrarla, pagar las deudas y después... quien sabe.

En una oportunidad Melani le ofreció a la abejita laboriosa los clientes y el nombre de esa colmena como parte de su liquidación. La abejita estaba emocionada pues conocía el potencial de la idea, pero no se dejó engatusar tan rápido y prefirió esperar a que cerrara con todas las de la ley.

¿Cómo cerraría legalmente si Sisine (dueña del 50% demostrable en un papel notariado para las buenas y las malas) no quería reunirse ni ver en pintura a la otra reina? ¿Cómo se pretendería que ella quisiera hacerse cargo de una deuda que no admite?

Una semana después Melani volvió a cambiar de opinión, la colmena cerraría mucho antes de lo anunciado, pues ella había decidido crear un negocio que no tenía que ver con la miel. Así que a todas sus obreras les dijo: hay que liquidarlas pues cerraremos antes de lo previsto. Eso fue en octubre de 2006. Todas las abejitas quedaron atónitas... ¿qué pasará con los clientes?, ¿qué pasará con los contratos?, ¿qué pasará con las empresas que buscan miel?, no obtuvieron respuestas.

Pues bien, pensó la ingenua abejita protagonista de este cuento, ahora hablemos del mes de sueldo que me deben y de cómo y cuándo se me pagará la liquidación. Melani respondió que todo eso se haría luego de cumplirse las siguientes condiciones (sí, con condiciones):
1.- El sueldo del mes que se te adeuda se te pagará con los instrumentos que usas para producir y sacar la miel. El resto se te pagará con flores. (No era lo ideal pero era mejor que quedarse sin nada)
2.- Como aún se tiene contrato con clientes importantes hasta diciembre 2006, te encargarás de sus servicios. No se te pagará ya como empleado sino se te dará cierta cantidad de flores. Con ellas, pagarás a las abejitas necesarias para cumplir la demanda y lo que quede es tuyo por la gerencia. (AHHHH????) Toma en cuenta que el pago que ellos le den al panal será parte de tu liquidación, así que te conviene que se entregue la cantidad de miel por la que pagan. (CÓMOOOO????)
3.- Respecto a la liquidación, te pagaré mi mitad (50%) dividido en los próximos 7 meses corriendo a partir de octubre 2006. La otra mitad pídesela a la otra reina… esa que insiste que no tiene nada que ver ya en el asunto. (POFF!!)

La abejita pacífica sentía como su punzón salía, era la primera vez que le pasaba desde que trabajaba en esa colmena. Insistió en que no era justa la decisión pues ella no era culpable de los problemas entre las reinas... Melani, además de decirle que no era recomendable hacerse la víctima, sobre todo cuando tenía tantas libertades en el horario ¿?. Le recordó que si pensaba en demandar los abejorros abogados se agotarían antes de sacar algo de miel, pues ella no tenia nada con que pagar. Y que no olvidara la responsabilidad de Sisine, pues ella también debía estar involucrada.

El juego se trancó… la abejita está arrecha como nunca, quiere llamar a 20 abejorros para que se encarguen de ellas, pero también está clara que su dinero se diluirá en el tiempo. No sabe quien le molesta más… si la abeja reina que no entiende sobre responsabilidades, no quiere siquiera escuchar sobre ellas y está convencida de que puede irse con el tallo en la pata o la que da la cara pero a medias, en pocas palabras, ambas mostraron su verdaderas rayas.

Pasado el tiempo y las rabietas iniciales, la abejita decidió unirse a otras y colocar la queja en el Ministerio... allí descubrieron que se les debe un poquitín más que lo que se les había dicho... ahora sólo hay que esperar que las reinas lleguen con sus abogados a la cita y ver qué pasa... lamentablemente la amistad (¿qué amistad? si yo le debo dinero a un amigo es a él a quien primero le pagaría) seguramente se perderá junto con la miel de esa prometedora colmena...

Y colorín colorado este cuento aún no ha terminado…
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