Una de Carnaval (I parte: disfraces)

Me encanta disfrazarme desde niña, eso de ser por un rato alguien que realmente no eres y hasta en el fondo es posible que no quieras ser, me parece una nota!

Cuando estaba chica era de las que siempre se disfrazó para las fiestas escolares, incluso era de las que estaban en todos los actos habidos y por haber por el simple hecho de tener un vestuario diferente al diario… cuando era mi cumpleaños rogaba porque me dejaran ir a la escuela sin uniforme.

Recuerdo haberme disfrazado de flores (diferentes en distintos años), reina y reina de las flores, bailarina de charlestón y de ballet, blancanieves, hippie, gitana, chica de los años 60, rockera, mujer maravilla, mujer de la Grecia antigua, indígena, bailarina de música llanera (varias veces), de Karina (jajajjajaja, pos si).

De hecho cuando empecé a crecer esa era una de las cosas que más extrañaba… ya no tenía edad para disfraces (qué tontería), después en la universidad volví a hacerlo un par de veces (esas fiestas en casa de la abuela de Valentina eran un clásico) y ahora de “grande” no pelo una fiesta de esas!

En fin, cuando tenga chamos seré como mis padres en ese aspecto… desde que amanecía ese día de “disfraz” era una conmoción en casa, era de lo más emocionante!

PD: Si, la de la foto soy yo en casa de mi nona por allá a principios de los 80...

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