24 nov. 2007

Día 4: de delfines, ríos subterráneos, mantarayas, oídos y música

Domingo, 11 de noviembre de 2007

Hoy tuvimos el otro tour que contratamos… mi entusiasmo era inmenso porque puse la tarjeta de crédito con los ojos cerrado para pagar el derecho de nadar con delfines durante una hora… un regalito adelantado de cumple que le hice a José (cumple mañana 12).

Este camión (autobús) llegó puntual, tenía dos pisos e iba directo a Xcaret, así que el temor de volver a viajar separados no existió. Nuevamente los chicos que nos atendieron fueron A+++++ .

Durante el viaje a Xcaret recibimos un mapa del parque para planificar nuestro paseo… pues es taaaaaan grande que ciertamente como dice su publicidad “un día no basta”.

Una de las cosas que me sorprendió a la llegada, fue que te pedían información sobre el protector solar que llevabas, si no era biodegradable lo debías dejar con ellos y pasar a recogerlo cuando te fueras. A las personas muy blancas –como yo- le daban unos sobrecitos de protector 25 biodegradable de regalo. ¿Todavía dudabas sobre la calidad de la atención?

Decidimos “sólo” nadar con los delfines, hacer el recorrido de casi una hora en los ríos subterráneos con snorkel, hacer una caminata submarina, comer y asistir al espectáculo nocturno.

Aunque parezca mentira, eso fue lo que pudimos hacer (corriendo entre actividad y actividad para llegar a tiempo). El parque es inmenso (no exagero), bellísimo, tiene una hermosa playa turquesa con hamacas en frente, túneles de vegetación, ruinas mayas, espacios para animales en extinción, los estanques naturales con los delfines, restaurantes, lookers, en fin, es increíble.

Lamentablemente no pude tomar todas las fotos que quise pues fue mentira eso de “cuando terminemos XX cosa pasamos de nuevo por aquí” nunca supimos cómo regresarnos hasta esos puntos, a pesar del mapa y los letreritos… siempre pasábamos por lugares nuevos, qué locura!

Lo primero que hicimos fue el paseo con snorkel… ¡qué agua tan fría! Pero ya después que ves a niñitos dándole duro te llenas de valor y le echas pichón. Fue una nota que duró cerca de una hora.

Luego salimos corriendo a hacer la caminata submarina… dijimos “vamos a llevarnos el equipo de snorkel que luego volvemos a repetir este viaje (chapaletas, lentes y tubo de respiración, este último te lo daban nuevo, así que era tuyo, el resto lo debías devolver cuando quisieras)”, mentiraaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, no nos dio tiempo de nada y debimos caminar y correr con ese aparatero :D

Me tocó ser la primera en la fila (bueno, la verdad es que fui la que primero se atrevió a ponerse esa especie de casco atado a un tubo que te daría el aire para que respiraras…), José se lanzó tras de mí. El casco me pesaba tanto que me echaba para adelante, jajaja, y caminamos con peces de decenas de colores a nuestro alrededor… mis oídos empezaron a sentir la presión, de hecho, una de las señoras que venía atrás abortó la misión y se salió…

Cada vez me dolían más y por más que me bostecé, abría la boca, me tapaba la nariz y soplaba, el dolor no se calmaba… pero me dije “mija, ya está aquí, no se lo va a perder, así que piense en positivo para que se le quite”… y así fue :d

Nunca me dejaron de doler, pero la sensación de que iban a explotar junto con la cabeza y que los peces se alimentarían de mis sesos se calmó full. Vimos y tocamos mantarayas, unos pecezotes que pensé eran atunes gigantes! En fin, fue una caminata de 30 minutos estupenda.

Y llegó el momento… el de seguir corriendo para llegar a nuestra cita con los delfines. Llegamos temprano, pero el hecho de que todo quedaba lejos de todo y que nos podríamos perder, nos obligó a quedarnos por allí esperando nuestro turno.

Y lo hicimos! Compartimos con tres delfines que estaban embarazadas, les dimos de comer, jugamos con ellas, aprendimos sobre ellas, les dimos besitos, nos tomamos fotos… qué animales tan dulces e inteligentes!!

Esta es otra de las cosas que tengo en mi lista “de hacer antes de morir” que ya puedo tachar!!!

Luego de la hora con ellas, ya sentíamos que habíamos cumplido con nuestro deber (jijiji) y nos dimos cuenta que estuvimos todo el día sin comer (ya eran las 5 pm), así que nos lanzamos a bañarnos y ponernos ropa seca para seguir el maratón de conseguir uno de los restaurantes que estuviese cerca del sitio donde se hace el espectáculo nocturno.

Llegamos a un restaurante mexicano en donde comimos otra vez como reyes… pecamos de glotones, todo estaba tan pero tan bueno que no se podía creer (y era parte del precio de la entrada).

Una vez más, terminamos para seguir corriendo, llegamos con unos minutitos de retraso al show, pero no podíamos dejar la comida tan sublime del restaurante. Amigos… qué show! Fueron dos horas haciendo un recorrido por el México de los Mayas y de la Colonia; conocimos los bailes típicos de las regiones más emblemáticas del país… todo con música en vivo y bailarines maravillosos. Al final una docena de guacamayas daban vueltas por todo el lugar (antes lo había hecho un águila durante el espacio dedicado a los Mayas).

Wuao, qué agotados quedamos… nos quedamos dormidos en el camión de regreso. Mañana José empieza con su congreso y nos debemos cambiar de hotel, así que acá estamos recogiendo nuestras cosas con una gran sonrisa en nuestros rostros… qué día tan extraordinario!!!

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3 comentarios:

Rosa dijo...

Realmente Mexico tiene tanto que mostrar y lo saben hacer tan bien, ojala en Venezuela logremos llevar tan bien el turismo ya que bellezas que enseñar no nos faltan. Saludos

Evelyn dijo...

Si Rosa, es triste que en nuestro país hayan tantas maravilas turísticas y nada se haga con ello. Además, la actitud hacia el turista debe cambiar... actualmente es muy muy mala...

martis dijo...

Niña pero que super aventura. Creo que de tu viaje, que ha estado divino, ha sido la parte qu emás quisiera hacer yo. México es magico, y sin duda alguna que ustedes escogieron un paseo excelente.
Tienes que postear las fotos, no importa que sean pocas, todo su dia de aventuras sonó muy rico.
Besos!