15 jul. 2006

Super mujeres: las chicas del Icrea.

Hace algún tiempo hice un taller sobre narrativa de novela corta, excelente píldora contra el estrés, pero lo que me gustó más no fue el pensúm o el maravilloso profesor, sino la hermosa gente que conocí y con la cual aún tengo contacto… nos reunimos de vez en cuando para tomar vinito y comentar sobre la vida… simplemente espectacular.

Cada una de estas mujeres, además de poseer una belleza impresionante, son tan inteligentes y valientes… una inyección de experiencia y fortaleza.

Una de ellas fue al Miss Mundo representando a Venezuela, fue una de las primeras mujeres en usar traje de baño de dos piezas, de montar en moto con una “patota”. Hace poco vi una fotografía de ese certamen en el que concursó e indiscutiblemente era una mujer que no pertenecía a esa época (y aquí entre nos: debió haber ganado).
La vida le sale por los poros (está enamorada de ella), su sonrisa es sinónimo de triunfos y guerras ganadas. Su casa es sinónimo de buena vibra.


Otra es simplemente un personaje… ya va por su nieto número 13 pero el ímpetu de esa mujer no dudo que sea mayor que el de la suma de la que tiene toda su familia. Es de las que tiene clases de bailoterapia y risotearia en la sala de su casa.
Es la novia secreta de José Ortega Cano (él no lo sabe). Es la que se fue de viaje en crucero y hechizó a toda la tripulación masculina, de todas las edades y de todas las culturas.
Así es ella, un torrente de energía. Es de la que en su casa te sirve “obleas con dulce de leche”, mientras se practica kareoke en el jardín trasero.

Hay una que a pesar de los obstáculos por los que está pasando no se rinde, es de las que tiene temple de acero, no es sólo una “super mamá” sino una “super profesional”, es de las que no le teme a nada. Ella es equivalente a un guerrero, que a pesar de que puede dudar de sus acciones, sabe en lo más profundo de su ser que es lo correcto y que todo saldrá bien.
Está llena de palabras de aliento.

Otra de ellas se nos va muy pronto al otro extremo del continente, siente miedo de ese cambio, a pesar que en los últimos tres años viajó alrededor del mundo para encontrarse una y otra vez con su “príncipe azul”. Sus ojos y toda ella contagia ese amor que siente.
Indiscutiblemente ambos tienen mucha suerte, ella por que halló a quien la hace realmente feliz y él por tener a su lado una mujer capaz de cambiar su piano de cola y de transformar las veces que sea necesario el lugar donde está su hogar.

Una es la culpable que nos consigamos de vez en cuando, es la que detona (por e-mail) la ansiedad por esas horas de relax. No le importa salir de una “rumba” con sus compañeros de trabajo para acercarse (aunque sea por un ratito) a regalarnos su dulzura y luego tomar un taxi a medianoche de un día de semana.

En fin… ellas son maravillosas… son de esas mujeres que todas queremos ser al pasar de los años. Cada reunión me llena de vitalidad, de seguridad y de confianza porque ellas me la transfieren.

No hay comentarios.: