6 sept. 2006

Una de reflexión…

Últimamente la vida me ha obligado a meditar acerca de las relaciones interpersonales… sabemos que es un tema álgido y muy difícil de comprender… pero he llegado a una simple y muy rosa conclusión (simple no por lo que involucra sino porque se limita a una sola palabra): comunicación…

Se que no descubrí nada nuevo pero qué complicado es eso…
Tengo una amiga que no se entiende con su pareja por cosas extremadamente tontas… vainas como: “mientras hablas por teléfono conmigo me molesta que hables con un tercero que no sea tu familia”, a lo que responde mi amiga “tu lo haces todo el tiempo, lo he empezado a hacer para que te des cuenta lo que molesta”
Visto desde afuera ¿no es absurdo?

Tengo un amigo que terminó su relación simplemente porque no se cumplió lo que hacía meses se había acordado… ni siquiera hay espacio ahora para una nueva negociación… es decir, “no quiero ver a mi ex si no es para que acepte mis peticiones…”
Visto desde afuera ¿no es absurdo?

Tengo otra que se vio unos extraños movimientos… y sin hablarlo previamente acusó a su pareja dejando a un lado una posible reconciliación…
Visto desde afuera ¿no es absurdo?

¿Es acaso que decir lo que se piensa no puede ser respetado por el otro y por ello es mejor callarlo hasta que cualquier estupidez rebose el vaso de la paciencia?
En todos los ámbitos debe respetarse la opinión del otro aunque no se esté de acuerdo, quizás el escucharlo y que te permitan ser escuchado abre una ventana para una lógica comunicación…

¿Pero qué pasa cuando no estás de acuerdo y sencillamente ninguno quiere dar su brazo a torcer?... ¿no sirve una moneda al aire?, ¿quizás una tanda de “piedra, papel o tijera?, ¿tal vez ponerlo en un papel y llegar (en lo posible) a encontrar la solución que esté en la mitad?...

Un ejemplo tonto: tú dices el cielo es azul, tu contraparte que es rojo, ¿no puede ser un día azul y el otro rojo? ¿No puede ser violeta?

Se que suena muy sencillo y llevarlo a cabo no, pero por lo menos yo empezaré desde ya a no temer a decir la mitad de las cosas que siempre he temido decir (buenas y malas), y me comprometo a escuchar y tratar de llegar a la mitad cuando el juego se tranque…

He dicho...

11 comentarios:

Linus Lowell dijo...

Evelyn:

Las posibilidades de comunicación entre las parejas se deciden muy al principio. Cuando empieza una relación se define lo que va a ser negociable en un futuro. El peligro es que muchos transigen demasiado en ese momento llevados por la "magia" inicial. Se conceden exigencias inaceptables porque están disfrazadas de pasión o romance, se hacen promesas exageradas porque "el/ella lo merece todo"; se disfrazan las palabras para no ofender al otro ni arruinar el éxtasis que les rodea.

El problema es que cada uno de esos gestos está sentando una base que dicta lo que se hará y se podrá decir en el futuro. Luego cuando la magia deja paso a la cotidianidad nos encontramos conque no es posible ser completamente sinceros porque nunca lo fuimos y hay que seguir haciendo cosas impulsados por una inercia que ya no se puede detener.
Por eso a veces ya es demasiado tarde para poder comunicarnos.

Evelyn dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo... pero OJO no sólo me refiero a las relaciones de pareja, sino también a las laborales, amistades, familiares, etc., etc.

Muchas gracias por pasar por aquí Linus!! (por cierto, me encanta tu blog)

Jesús Nieves Montero dijo...

bueeeno, eve...
yo creo que debe haber un equilibrio... por eso la diplomacia es todo un arte que permite que los países se digan a través de estos funcionarios sólo aquello que realmente es como que innegociable para tratar -cosa extraña- de negociarlo... y cuando no se puede empieza la guerra...

pero, por supuesto que tiene que haber un marco de confianza en el cual decir las cosas, sino no se trata de una relación sino de un teatro...

lo otro que siempre es importante es lo del tono... hay maneras de maneras de decir las cosas... no es lo mismo que te diga: "mi amor, el cielo está azul" a que salga con "cónchale evelyn, qué bruta eres, seguro sigues viendo ese cielo y que rojo, cuando es más que evidente que es azulísimo, contigo de verdad no se puede, necesitas lentes"...

allí hubo un cúmulo de información que sobrepasaba con mucho el mero "veo el cielo azul" pero, insisto, hay maneras de maneras...

interesante la reflexión...

¡salud y vinotinto!

j.

Anónimo dijo...

Les tengo un chisme, una reflexión de hace como 7 años de mi amiga Ivón... ¿qué tal si los dos denominamos "azul" a diferentes colores...? ah!

Es decir... yo siempre he visto "x" y he aprendido que a esa "x" que yo veo la gente la llama "azul", pero resulta que la gente no ve "x" sino "y" y esa "y" es "azul". Entonces, ellos ven "y", yo veo "x" y para ambos es "azul", ¿captan?

El rollo surge cuando hay un "z" del mismo color que la "x" que yo veo como "y", y la otra gente sí puede diferenciar "z" de mi "x"... ah!

Ese es el rollo de los daltónicos magnificado. Que lo que semánticamente es azul, es cualquier vaina para cada uno de nosotros y nunca es completamente igual...

A partir de ahora, Evergreen es indistintamente Everblue o Everred.

Jejejeje

Evelyn dijo...

Jesús tienes toda la razón... obviamente es un arte y hasta una profesión, pero por algo se empieza ¿no?
Creo que allí se agrega otro díficil ingrediente, qué hacer cuando tu tono es el tranquilo y el de tu contraparte no... hay que analizarlo, ciertamente...

Mónica también tienes razón, y nuevamente haces que me haga la reflexión anterior (la que le contesté a Jesús)... pues tendremos que inventarnos unos lentes con color para tratar de no discutir por el tipo de "azul" :(

Anónimo dijo...

Yo creo que de las mil y unas cosas que por lo general discuten las personas, sólo 1 ó 2 realmente importan, son las cosas con las que puedes o no puedes vivir, lo innegociable, como dice Jesús.
Lo demás es accesorio. Cuando algo no me gusta del todo o me molesta de un amigo, de un amante, de un compañero de trabajo, de quien sea, me pregunto: puedo o no vivir con esto? Acaso tiene esto algo interesante para mí? Esta persona le da algo a mi vida, a pesar de esto?
Si es positiva la respuesta, entonces ni lo discuto. Si acaso puedo llegar a mencionarlo, como para averiguar si para la otra persona no es “big deal” cambiar de parecer o de actitud o, en todo caso, para saber por qué lo hace o lo piensa. Pero esto lo hago siempre pensando en que en verdad no tengo derecho a cambiar a nadie, que cada quien tiene su propia visión de la realidad y que eso es precisamente lo divertido, y que es mejor concentrarse en las cosas que sí se comparten y tratar de aprender de las que no se comparten.
Claro, desde afuera, cualquiera de los casos que planteas suenan un poco tontos. Pero por lo general esas rupturas no se originan por una llamada, por una discusión, o por un desacuerdo puntual. Generalmente corre mucha agua antes de que alguien tome una decisión de ruptura radical. Lo que pasa es que toda esa agua pasa por debajo, invisible a veces hasta para los propios protagonistas.
Por supuesto que hay que tener apertura para conocer qué es lo que piensa y siente el otro, pero hay momentos en que no se puede hablar más, cuando ninguna negociación es posible. He aquí algunos casos que pudieran parecer radicales, pero con sus matices son más comunes de lo que quisiéramos aceptar:
-Cuando por más que lo intentemos el otro ya no escucha, no respeta nuestra posición y nos irrespeta como personas, subestimándonos u ofendiéndonos
-Cuando habiendo negociado, y el otro rompe una y otra vez los acuerdos
-Cuando se recurre a la extorsión o las amenazas tipo “si te vas, vas a dejar sin casa a tus hijos”, o “no has hecho lo que yo quiero, así que no te doy dinero para los niños” (Esto también tiene sus versiones en el plano laboral o, incluso, amistoso).
-Cuando existe violencia física o, peor, la psicológica, que no deja pruebas obvias y puede extenderse por mucho más tiempo.
En esos casos, tener fe en un “no lo vuelvo a hacer” o un “esta vez será diferente” sería lo irracional y lo que no ayudaría a ninguna de las partes. Allí es cuando toca irse, dejarle el caso a abogados y psicólogos, y aprender a vivir con los restos del naufragio.

Susana Funes (publique como anonimo, porque todavía no tengo mi blog... pero eso pronto cambiará ;-)

Anónimo dijo...

Ah, y me olvidé anotar otro caso muy importante: cuando se aprovechan de ti (esposos o esposas que no trabajan; empleadores, socios o compañeros de trabajo que te explotan o que se confían en que tú harás siempre el trabajo y para colmo son mezquinos a la hora de compensarte).
Otra vez yo, Susana Funes.

Evelyn dijo...

Gracias Susana por pasar por aquí, y más aún por dejar tus anotaciones!
Respecto a lo que dices: lo respeto sin duda, pero no crees que toda esa agua que corrió por debajo debió verse desde antes?, es decir, porqué esperar que la relación llegue hasta ese punto para explotar?
Te entiendo 100%, estoy de acuerdo contigo por completo y estoy clara que el tiempo no se puede echar para atrás... pero qué sencillo hubiese sido todo si se hubiese hablado (sin censura) desde un principio... seguramente la ruptura hubiese llegado pero sin tanto rencor ni orgullo.
Por cierto, eso de que no tienes blog se arregla rápido!!! ;)

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo... hablar antes, comunicarse desde el principio es vital, pero solo quise poner sobre la mesa casos donde tratar de hablar ya no es suficiente. Son esos casos donde la palabra, la negociación estuvo desde el principio, pero ya no vale porque se diluyó entre acciones que la contradicen e invalidan. Por poner el ejemplo más radical, imagínate una mujer golpeada por su esposo. Si estaba enamorada, con seguridad trató de dialogar al principio y le debe haber perdonado más de una recaída antes de acudir (si es que alguna vez lo hace) a la policía, o decidir retirarse.
Las relaciones son muy complejas, y es muy difícil verlas desde afuera. Susana

martis dijo...

Hola niña. No había podido comentarte de este post, pero luego de ayer, pues me animo. Las relaciones deben tener en la comunicación un pilar fundamental, es falso fingirse felicidad permanente, es insostenible estar en alerta roja todo el tiempo. Hablar ayuda a movilizar las cosas y a comprendernos más, a conocer los matices y poder fijar los límites de todo. Esos casos que dices en tu post, los conozco, y creo que una buena comunicación hubiese ayudado a solucionar las cosas de mejor manera. OJO comunicación, no hablar y decir mientras el otro oye lo que desea oír. Lo último que dice Susana, que las relaciones son complejas y es muy difícil verlas desde afuera, es cierto y es muletilla para buscar una salida fácil de la relación (laboral, sentimental, amistosa), una treta vil para no asumir las responsabilidades correspondientes y justificar cuando las cosas van mal. Las relaciones de pareja las construyen 2 personas; las de amistad o sociedad pueden tener muchos más integrantes pero el principio es el mismo. Comunicarse y no hablar/decir sin escuchar, porque el agua que pasa por debajo del puente siempre se ve. La mujer golpeada soporta eso por "amor" ¿amor a quién?, desde siempre ella detectó las señales y si sigue es por miedo, por temor, por cualquier razón que lleva baja autoestima pegada. Por mucho que se ame nadie puede salvar a quien no se quiere salvar, es así de simple.
Besitos niña. Y una vez más te admiro por las decisiones recientes de comunicar en lugar de simplemente callar, aceptar o decir.

Evelyn dijo...

Susana te espero de vuelta por acá!
Martis: ante todo gracias por eso de "admirarme", me sonrojas...
Respecto a lo que dices: es díficil sin duda, pero algo está claro, la mejor manera de empezar o terminar bien algo es con comunicación... uno deja de decir cosas por miedo a qué?
Así que como la marca de shampoo que tiene su campaña contra la caída del cabello, yo empiezo mi campaña contra el silencio!!
He dicho de nuevo :)