De cómo logro sobrevivir al hobbie de mi esposo (parte I)
Todo empezó hace cerca de 7 años, el ex novio de una de mis mejores amigas estaba vendiendo un avioncito porque quería cambiarse al mundo de carritos de control remoto y se lo ofreció a mi esposo.
Zaaaas, ni siquiera lo pensó. Comentó que siempre había querido comprar uno pero que solía verlos costosos y como éste era usado y a buen precio, ya que incluía control, servos, motor, monocote de regalo, etc. no podía negarse.
Al preguntar qué pensaba… vi en el suelo un avión de madera que parecía más un juguete que cualquier otra cosa… así que dije: bien… es bonito. Nunca, nunca, nunca imaginé todo lo que ello traería como consecuencia…
En Caracas no hay pistas para volar estos artefactos, lo más cercano es La Rosaleda (después de San Antonio de Los Altos) o Fenix (Guatire). No, no digas que está la de la Simón Bolívar… esa es sólo para aeroplanos no para aviones con motor…
Las prácticas eran todos los sábados. Yo, recién casada, lo acompañaba siempre a ese infierno de Guatire (les comento que no es un club, es una pista, un techito de zinc y unos banquitos de concreto), leía libros, dormía, perdía el tiempo, etc.
Llegó un momento en que ya yo no iba siempre. Empezó no sólo a ir los sábados sino también uno que otro domingo. Como era de esperar en un hombre tan dedicado y persistente como mi esposo, aprendió rápido, utilizó sus estudios de ingeniería para avanzar más aún… ya ese avión le quedaba pequeño.
Así que de repente, casi sin darme cuenta, el maletero se llenó de aviones (acrobáticos, de carrera, de patrón y de 3D), herramientas especiales, nitro, gasolina, ah también de helicópteros. El espacio se hacia pequeño y aunque yo quisiera ya no podía acompañarlo, en la camioneta cabía el avión o yo…
En una de las habitaciones de mi casa está el “taller”, dos maleteros están repletos. En un viaje a Argentina debimos detenernos en aduana un rato por el tamaño de la caja que traía un nuevo avión. No importa si es durante la semana o fin de semana, cualquier espacio libre es bueno para volar. En las fiestas de cumpleaños de los hijos de sus amigos hay horas y horas de charlas sobre aviones.
En una oportunidad me dije: Evelyn tienes que probar la vaina a ver si le encuentras sentido… lo hice, lo despegué, elevé, le di unas vueltitas y me fastidié. Incluso me dijeron que era extraño que una mujer aprendiera tan rápido y lo hiciera tan bien… eteeeeeeeeee pero no, no me emociona ni un poquitititititico…
Porqué les cuento esto? Resulta que anoche vino un amigo para orientarme en unas decisiones que estoy tomando, conversó conmigo durante 10 minutos y luego se quedó hasta la media noche hablando de aviones…
En fin, no comprendo por qué el cerebro masculino está tan involucrado con este tipo de juguetes (si mi esposo se entera que le dijo juguete me quita la cabeza, jajajjajaj). Yo ya me acostumbré, es más entre ellos hablan de lo comprensiva que soy al respecto porque sus esposas esto y aquello…
Pero no dejo de imaginar que cuando vaya a parir él estará volando y me rogará que aguante al muchachito para aprovechar un vuelito más…
Tags: matrimonio, aeromodelismo, aviones, hombre
Zaaaas, ni siquiera lo pensó. Comentó que siempre había querido comprar uno pero que solía verlos costosos y como éste era usado y a buen precio, ya que incluía control, servos, motor, monocote de regalo, etc. no podía negarse.
Al preguntar qué pensaba… vi en el suelo un avión de madera que parecía más un juguete que cualquier otra cosa… así que dije: bien… es bonito. Nunca, nunca, nunca imaginé todo lo que ello traería como consecuencia…
En Caracas no hay pistas para volar estos artefactos, lo más cercano es La Rosaleda (después de San Antonio de Los Altos) o Fenix (Guatire). No, no digas que está la de la Simón Bolívar… esa es sólo para aeroplanos no para aviones con motor…
Las prácticas eran todos los sábados. Yo, recién casada, lo acompañaba siempre a ese infierno de Guatire (les comento que no es un club, es una pista, un techito de zinc y unos banquitos de concreto), leía libros, dormía, perdía el tiempo, etc.
Llegó un momento en que ya yo no iba siempre. Empezó no sólo a ir los sábados sino también uno que otro domingo. Como era de esperar en un hombre tan dedicado y persistente como mi esposo, aprendió rápido, utilizó sus estudios de ingeniería para avanzar más aún… ya ese avión le quedaba pequeño.
Así que de repente, casi sin darme cuenta, el maletero se llenó de aviones (acrobáticos, de carrera, de patrón y de 3D), herramientas especiales, nitro, gasolina, ah también de helicópteros. El espacio se hacia pequeño y aunque yo quisiera ya no podía acompañarlo, en la camioneta cabía el avión o yo…
En una de las habitaciones de mi casa está el “taller”, dos maleteros están repletos. En un viaje a Argentina debimos detenernos en aduana un rato por el tamaño de la caja que traía un nuevo avión. No importa si es durante la semana o fin de semana, cualquier espacio libre es bueno para volar. En las fiestas de cumpleaños de los hijos de sus amigos hay horas y horas de charlas sobre aviones.
En una oportunidad me dije: Evelyn tienes que probar la vaina a ver si le encuentras sentido… lo hice, lo despegué, elevé, le di unas vueltitas y me fastidié. Incluso me dijeron que era extraño que una mujer aprendiera tan rápido y lo hiciera tan bien… eteeeeeeeeee pero no, no me emociona ni un poquitititititico…
Porqué les cuento esto? Resulta que anoche vino un amigo para orientarme en unas decisiones que estoy tomando, conversó conmigo durante 10 minutos y luego se quedó hasta la media noche hablando de aviones…
En fin, no comprendo por qué el cerebro masculino está tan involucrado con este tipo de juguetes (si mi esposo se entera que le dijo juguete me quita la cabeza, jajajjajaj). Yo ya me acostumbré, es más entre ellos hablan de lo comprensiva que soy al respecto porque sus esposas esto y aquello…
Pero no dejo de imaginar que cuando vaya a parir él estará volando y me rogará que aguante al muchachito para aprovechar un vuelito más…
Tags: matrimonio, aeromodelismo, aviones, hombre
9 comentarios:
chama!!! ¿cuándo voy a conocer a tu esposo?, me parece un hobbie super interesante, siempre he querido tener uno de estos aviones....jajajajaja. Es que los hombres somos niños para toda la vida.
Ahhh por cierto mañana es la cosa, serás bienvenida.
Un abrazo gratis.
Dile a tu esposo que se comunique con Andrés en el blog Imakinaria. Ese también es fanático de los avioncitos y su esposa lo "soporta" pacientemente.
No, ni siquiera puedo imaginarlo... El avion o tu? jajaja.
Sin duda alguna siempre llevaran el niño por dentro. ;)
Hola Victor, seguramente pronto y así hablarán horas y horas y horas sobre aviones, así como tus chamos!, jajajajjajaja
Allá nos veremos!
Gracias Maléfica, ya le diré sobre ese otro niño-grande!
Consuelo, gracias por pasar por aquí y por la comprensión :D
Poecita Eve...
Eve eres un dulzura, llena de paciencia y amor, es eso. Jose tiene un vicio de niño, como todos los hombres que encuentran el juguete que les ajuste. Lo positivo: es un hobby sano... jeje, ya quisieran Pamela Anderson o Nicole Kidman que los hobbies de sus consortes fueran asi de ligeros.
Besitos y abrazos virtuales pues.
Pues...yo diría que podría ser peor...te imaginas que fuera fanático del fútbol...y del Real Madrid?...ups
Hola Eugenio!!!!, qué bueno tenerte por aquí!!! Espero que se repita con frecuencia!.
Respecto a lo que dices... eso... también :S
Anónimo... gracias!
Marta pues si, si lo ves desde ese punto de vista!!
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